NUTRICIÓN VEGETAL

GO NUTRICIÓN VEGETAL SOSTENIBLE

Título del proyecto – Nuevas técnicas para mejorar la eficiencia de la fertirrigación mediante el uso de inhibidores de la nitrificación en cultivos hortícolas de la región de Murcia.

Con el objetivo de aumentar la eficiencia en el uso de fertilizantes nitrogenados en los cultivos, se plantea este proyecto de innovación que pretende integrar dos de las tecnologías de mayor importancia para el uso sostenible de nitrógeno en agricultura. Con ello sumaremos la capacidad de dosificar, localizar y sincronizar los aportes de nutrientes que tiene los sistemas de riego localizado, la capacidad de mitigar las pérdidas de nitrógeno, gaseoso y por lixiviación, que presentan los fertilizantes con inhibidores de la nitrificación. Mejorando la orientación hacia el mercado de productos obtenidos con bajo impacto ambiental, ya que se reducirán las pérdidas de nitrógeno, tanto por percolación profunda o por arrastre superficial, como por emisiones a la atmósfera.

RESULTADOS

Conclusiones extraídas del informe técnico de resultados realizado por la UPCT:

«Una fertirrigación sostenible necesita del uso de una sensorización adecuada que facilite el control del agua de riego en el suelo, y a su vez de los nutrientes aportados con ella; mitigando la lixiviación de agua y nutrientes y facilitando su disponibilidad para el cultivo. En los ensayos llevados a cabo en lechuga y brócoli, se han obtenido ahorros de agua entre un 10.5 y 28%, respectivamente, con respecto
a metodología FAO, considerando la climatología de los últimos 10 años.
Los IN han permitido reducir la cantidad de nitratos lixiviados durante precipitaciones de alta intensidad o riegos poco eficientes, siendo en mayor medida esta reducción en el fosfato de 3,4-dimetilpirazol (DMPP), respecto al diciandiamida + 1H-1,2,4-triazol (DCD) y al control sin IN.
La tasa fotosintética de las plantas se incrementa de acuerdo a la disponibilidad de los nutrientes en el suelo, por este motivo será mayor en las primeras semanas en aquellas parcelas en las que se ha aplicado fertilización de fondo, y posteriormente (a partir de mitad de ciclo) en las de sin fondo, al ser la fertirrigación ligeramente superior. Este es el motivo por el que no se han encontrado diferencias significativas por efecto de la fertilización de fondo en lechuga y brócoli. Sin embargo, en ciclos muy lluviosos se podrían tener problemas para fertirrigar el cultivo, no llegando a poder aplicar las necesidades nutricionales reales del cultivo, si no se dispone de una fertilización de fondo adecuada.

La emisión de gases de efecto invernadero se redujo en un 28% en el tratamiento con menor N aportado (en el que se aportó un 50% del N requerido en forma de IN), incluso mostró una captación de N desde la atmósfera, es decir, una emisión negativa.
Se ha cuantificado el efecto sumidero de C de los cultivos hortícolas ensayados, siendo muy superior la fijación de C a través de la fotosíntesis que la emisión de CO2 desde el suelo circundante.
Con respecto a la cosecha y calidad de la misma, no se han obtenido diferencias significativas por el uso del inhibidor de la nitrificación 3,4-dimetil-pirazol fosfato (DMPP) con respecto al control sin IN, en los cultivos ensayados. Sin embargo, es relevante especificar que el efecto de este inhibidor ha sido más positivo en el ciclo de primavera (Ciclo III) que en el de otoño (Ciclos I y II), y más claro en el cultivo de la lechuga.

En el cultivo del brócoli, la eficiencia en el uso de N fue más elevada en los tratamientos D50, tanto en el bloque con fondo (CF) como sin fondo (SF), concretamente un 53 y un 75% más elevada, que el tratamiento control. Sin embargo en la lechuga no se obtuvieron diferencias significativas entre los
tratamientos ensayados.
Los tratamientos ensayados nos han permitido delimitar las extracciones de N por parte de los cultivos de lechuga y brócoli, obteniéndose en lechuga una extracción de 2,3 kg de N t-1 de cosecha, para un rendimiento de 35 t ha-1 (Figura 51), y en brócoli una extracción entre 7 y 10 kg N t-1 de cosecha, para
un rendimiento de 20 t ha-1 (Figura 52). Estas extracciones suponen una reducción del 8 y 17-42%, para lechuga y brócoli, respectivamente, respecto al valor más bajo del intervalo de extracciones recomendadas por la CARM.

Es relevante indicar que las extracciones del cultivo del brócoli se vieron
incrementadas en el ciclo de primavera respecto al de otoño, por ello el coeficiente de extracción utilizado en la planificación de la fertilización del cultivo debiera de considerar el ciclo.»

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